El siglo XX se caracterizó por el progreso científico, tecnológico y médico, entre otros, pero también por una inusitada crueldad que se tradujo en la pérdida de millones de vidas y una falta de libertad por culpa de numerosas dictaduras. El filósofo inglés Jonathan Glover reflexiona en Humanidad e inhumanidad. Una historia moral del siglo XX (Cátedra) sobre por qué se han escrito capítulos tan oscuros en la biografía de la humanidad.
La debilidad moral de aquella época, argumenta Glover, fue un elemento clave a la hora de no frenar el auge del nazismo, el estalinismo o las dictaduras orientales. Entendida como un conjunto de valores y creencias que distinguen el bien del mal, la moral guía las acciones y, junto con la razón, nos distingue y aleja del comportamiento animal. Estas herramientas sientan las bases de una conducta que debería ayudar a combatir la barbarie, aunque durante esos 100 años no sirviera de mucho.
Con la obsesión por el racionalismo y la falta de sensibilidad, el valor de la vida humana se depreció hasta tal punto que algunas personas dejaron de ser consideradas como ciudadanas. Este fenómeno derivó en la creación de guetos, campos de concentración y gulags. "Esa deshumanización se traduce en un 'tú no eres de los nuestros' y, en su forma más radical, 'tú no eres humano'. Es vital reclamar la dignidad de las relaciones interpersonales".
Parte de esas tragedias se podrían haber evitado, apunta Glover, de no haber existido un alejamiento entre los responsables políticos y sus decisiones. "Quienes dirigen la política están muy lejos de los muertos", critica en su libro el inglés. Nada de esto habría sucedido de haber contado con un pensamiento crítico potente y un cuestionamiento tanto de normas, como de acciones. La posibilidad de reflexionar permite desmontar discursos y falacias que, a su vez, ayudan a corroborar ideas. Estas, sepultadas la centuria pasada por la obediencia, hicieron aflorar numerosos grupos de investigación, entre los que se encuentra el conocido experimento de la obediencia de Milgram.
Si el siglo XXI hace los deberes y aprende de los errores, el futuro debería ser más optimista. El filósofo inglés sugiere que, en la línea del gobierno mundial que promovió Immanuel Kant, la humanidad se centre en la cooperación. "No es una cuestión de una moral ñoña de caridades, es el núcleo de la eficacia humana", ríe Crespo ante una obviedad para él. "Es la única manera con la que el ser humano ha sobrevivido, no gracias a la competición".
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Jonathan Glover, escritor y filósofo autor de Humanidad e inhumanidad. Una historia moral del siglo XX. |
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